Cuenta con una extensión de 3.500 hectáreas de roble marojo, siendo ésta la mayor de Europa. Este bosque está asentado sobre los terrenos arenosos que conforman la cuenca del río Izki y en él habitan grandes mamíferos como el jabalí, el corzo o el gato montés, así como una singular población de pícidos o pájaros picapinos. Izki contiene también un conjunto de tejos gigantes, el Aginal, cercano a Apellániz.
Este valle está delimitado por montes calizos que poseen grandes paredones rocosos, como los de La Muela, Soila y Arlucea, que lo circundan como si de un anfiteatro se tratase. En estos montes la naturaleza de los bosques cambia y el marojo es sustituido por quejigales en las solanas y hayedos en las umbrías y zonas altas. Estas zonas son también las que sustentan en mayor medida otro uso característico de Izki: el ganadero. En efecto, los pastos adehesados forman un continuo entre las cumbres de San Cristóbal y San Justo, permaneciendo yeguas y vacas en ellos durante gran parte del año.
El único núcleo de población ubicado en el corazón del Parque es Corres en donde existe un Centro de Información. Este pueblo, conserva gran parte de su estructurar medieval y está enclavado en la parte alta de un espectacular desfiladero.